dos puntos del mismo codigo son unidos
en la red ebulliente de la costa oeste
del imperio de los objetos maravillosos
y la destruccion a la orden de la noche

arrastran consigo todo su pasado
y con melodias
vuelven a poner en juego
el dolor de las caras
la serie de
seres sintientes sonrie
una tarde oscura en la selva
de cambolla

todos los pantanos humedos huelen
igual

y ese sol tibio filtrado por el rocio